Comentario
La actividad temprana de Ventura Rodríguez se derivó de su destacado puesto en el Palacio Nuevo y de su vinculación a la Academia de San Fernando desde el inicio de la Junta Preparatoria (1744). Rodríguez enseñoreó la Sección de Arquitectura prácticamente hasta su muerte, pasando por momentos de dificultad y tensión internas, pero cumpliendo con las directrices del Barroco académico. Desde 1745 Rodríguez sustituyó a Sacchetti, primer director de Arquitectura, que abandonó sus obligaciones docentes para dedicarse a las obras reales. La reorganización de cargos de la Academia le llevó a ser director de Arquitectura (1752), junto con José de Hermosilla, cuya vacante fue ocupada por Diego de Villanueva (h. 1713/15-1776) en 1756, dando lugar a numerosos lances, a través de los cuales afloraron sus intereses y sus ideas artísticas.
Villanueva criticó el método docente de Rodríguez, basado en las estampas de Vignola, al que consideraba anticuado. Pero más reveladores fueron los hechos de 1768, cuando Diego de Villanueva, siendo Rodríguez director general de la Academia (por primera vez, entre 1766-1769), presentó a la aprobación de la Institución un "Tratado de Delineación de los Ordenes", solicitando autorización para publicarlo con los títulos de director de Arquitectura.
Informada la solicitud primero favorablemente, inmediatamente después estimó que el trabajo era "muy malo", negando el crédito. En las mediciones de San Francisco el Grande (1769) y en la comisión de redactar un Curso de Arquitectura para uso de los alumnos de la Academia (1757) -que Rodríguez desoyó- se revelan los modos distintos de entender la docencia y la arquitectura. Villanueva abre el período nuevo del Neoclasicismo, reaccionando con la arquitectura barroco-clasicista y académica de derivación italiana, en la que Rodríguez era un brillante final.
Distintos enfoques de una "generación bisagra", que no pertenecía ni a la tradición barroca castiza, ni al Neoclasicismo, pues aun teniendo conciencia de despegarse de lo anterior, el Neoclasicismo estaba en un futuro desconocido (Navascués). Ninguno de los dos estuvo en Italia y su formación teórica fue literaria, gráfica e intuitiva.